sábado, 19 de diciembre de 2015

2015-12-18 – Escucha de “Blackstar”, disco de David Bowie – El futuro ya está aquí


David Bowie sigue vivo. El gen innovador de “El Duque Blanco” vuelve a sorprender a sus seguidores con una nueva entrega discográfica, bautizada con el sugerente título de “Blackstar” (Sony Records), vigésimoquinta en su dilatada carrera discográfica. La placa, que verá la luz el 8 de enero de 2016 día de su sexagésimonoveno cumpleaños, ha sido producida por Tony Visconti, ubicuo en las producciones del artista de Brixton desde finales de la década de los sesenta. Para perpetuar las siete canciones que lo componen, Bowie ha optado por la experiencia de músicos de jazz cuyo reconocimiento instrumental ha dado un giro más experimental a su sonido. La precisión milimétrica de los arreglos, amén del variado colorido instrumental, desvela la distocia de una placa que realza el camaleónico registro vocal del artista. Canciones que invitan (empujan) a trasladarse a universos de ensueño, a la reflexión, a lo imposible.

Si buscan un ápice de nostalgia, el disco les defraudará enormemente porque con “BlackstarBowie progresa, mira hacia adelante, toca el futuro. Y aunque en ocasiones dé la impresión de resultar repetitivo, con estribillos adictivos y fórmulas equivocadas, “Blackstar” es un disco vanguardista, que no raro; atrevido, que no imprudente. Y se sacrifica el protagonismo de la guitarra para que instrumentos como la flauta o el saxofón interpreten el papel de actor principal que (con acierto) Bowie les ha asignado. Este es el análisis de la escucha.

Blackstar
En sus casi diez minutos de duración el primer single del disco alberga en su seno la extraña combinación de la música coral con la electrónica, aderezada con la esencia siempre atemporal de los efectos sonoros. Un corte muy teatral en el que los cambios de "tempo" son protagonistas. Es por eso que a veces su escucha resulta algo enervante y otras, convencional. Un tema que enamora desde la apertura y cuya instrumentación nos adentra en el surrealismo del mensaje. El segundo tema de mayor duración en todo el catálogo Bowie.

Tis Pity She Was A Whore
Aderezado con el sonido sensual (y omnipresente) de un saxofón, el tema acelera el ritmo del disco con melodías más agradables al oído.

Lazarus
Dispuesto a abrazar los cánones de la música más convencional, el segundo single del disco es más pausado y sensual. El mejor de la placa.

Sue (Or In A Season Of Crime)
El tema se engalana con ritmos frenéticos (en la línea apuntada por “Tis pity she was a whore”) que confluyen en una hipérbole sonora.

Girl Loves Me
Lo más característico del tema es el estribillo repetitivo hasta la adicción. Si Bowie quería que el mensaje le llegara al oyente lo ha conseguido con creces.

Dollar Days
Introducida por el omnipresente saxofón, el tema vuelve al sosiego más intimista. Y se pierde lentamente para enlazar con el siguiente corte.

I Can't Give Everything Away
Un tema en el que el estribillo, aun repitiéndose hasta la saciedad, endulza sin empalagar. Y concluye con un teclado que nos invita a la escucha del próximo disco.

En definitiva, un álbum muy variado en cuanto a sonido, sorprendente e innovador, con múltiples arreglos pero sin atropellos y en el que el jazz más experimental ocupa la vacante dejada por el populismo del rock. ¿Habrá gira de presentación? El tiempo y los resultados lo dirán.

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